martes, 1 de julio de 2025

¿Por qué seguir intentando motivar a las personas cuando no puedes?

Una forma más eficaz de motivar a las personas es crear una cultura que les brinde una sensación de elección, conexión y competencia, escribe Susan Fowler.

No puedes motivar a otra persona: la motivación es un trabajo interno” es un axioma ampliamente aceptado en el liderazgo. Entonces, ¿por qué los gerentes siguen intentando motivar a las personas desde afuera hacia adentro? ¿Por qué intentan manipular el comportamiento incentivando metas con recompensas tangibles e intangibles? ¿Por qué elogian, reparten premios simbólicos y otorgan medallas para fomentar un buen comportamiento, con la esperanza de perpetuarlo?

Y cuando a los líderes se les acaban las zanahorias (o las personas se cansan de ellas), ¿por qué recurren al palo? ¿Por qué aplican presión, infunden miedo y hacen amenazas (muchas veces sin darse cuenta de que eso es lo que están haciendo)?

Si puedes relacionarte con estas preguntas, no estás solo. Los líderes a menudo me confiesan en voz baja la verdad de su experiencia: saben que estas tácticas tradicionales no son efectivas para motivar a las personas.

Propongo dos respuestas a por qué podrías seguir dependiendo de las mismas tácticas, incluso cuando tu experiencia demuestra que se desmoronan a largo plazo e impiden la creatividad y el bienestar (entre otras cosas) a corto plazo.

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Respuesta #1: Estás desesperado

¿Alguna vez has calmado una rabieta pública de un niño cediendo a sus demandas, incluso si eso iba en contra de tus instintos parentales y valores de crianza? Por desesperación, racionalizaste que esa solución era necesaria para detener una escena embarazosa.

La presión por hacer que las personas rindan cuentas en el trabajo puede llevar a la misma mentalidad de desesperación. Ya sea por una limitación de tiempo, un sentido de urgencia o frustración ante el bajo desempeño de alguien, sigues el camino de menor resistencia, que en nuestra cultura laboral conduce a incentivos y recompensas (zanahorias) o presión y amenazas (palos). Todos estos métodos dan lugar a estilos de motivación externos e impuestos, formas comprobadas como inferiores de motivación.

A pesar de la abundante evidencia empírica y anecdótica de que las zanahorias y los palos generan energía de baja calidad e insostenible para actuar (motivación), recurres a tácticas tradicionales por desesperación. Esto nos lleva a la segunda razón por la que podrías seguir motivando externamente a las personas, aunque sepas que no funciona.

Respuesta #2: No conoces alternativas

Un gerente de ventas se me acercó incómodo durante un descanso, explicándome que no sabía que yo estaría en la reunión. Estaba a punto de anunciar incentivos a su equipo de ventas por vender un nuevo producto —y sabía lo que yo pensaba sobre los incentivos.

Intrigada, le pregunté por qué ofrecía recompensas a los vendedores por hacer su trabajo. ¿Se resistían a vender el producto? ¿Por qué? ¿Eran perezosos, o tenían prioridades en conflicto? ¿El producto tenía deficiencias? ¿Era mal momento para lanzarlo?

Tras una serie de respuestas negativas, el gerente exasperado exclamó finalmente: “¡Es simplemente lo que siempre hacemos!”. Era responsable de motivar a su equipo para vender el nuevo producto y no conocía otra manera de lograrlo. (Si tienes curiosidad, describo el resto de la historia en mi libro Domina tu motivación).

La buena noticia para ese gerente es que la ciencia de la motivación ofrece una alternativa a “motivar a las personas”. La clave está en crear un entorno laboral que satisfaga las necesidades psicológicas fundamentales de elección, conexión y competencia necesarias para una motivación óptima.

La mejor noticia aún es que puedes desarrollar las capacidades de liderazgo para fomentar la elección, profundizar la conexión y fortalecer la competencia.

Una mejor respuesta: Apreciar completamente tu capacidad para mejorar la calidad de la motivación de alguien

Las investigaciones son contundentes: no puedes motivar a las personas, pero tu liderazgo es fundamental para el tipo de motivación que experimentan. Si eres un líder que quiere evitar la desesperación de usar tácticas obsoletas para motivar, es hora de reconocer el papel que tu liderazgo juega en la formación de su perspectiva motivacional.

Cuando desarrollas la capacidad de fomentar la elección, profundizar la conexión y construir competencia, mejoras significativamente la probabilidad de que las personas alcancen sus metas por las razones correctas y experimenten bienestar en el proceso.

Tal vez sea hora de dejar de intentar motivar a las personas. Intenta enfocar tu liderazgo en crear condiciones que propicien una motivación óptima, de modo que las personas puedan alcanzar sus objetivos y prosperar al mismo tiempo —sin necesidad de zanahorias ni palos.

Fuente.

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