martes, 18 de marzo de 2025

Trabajar mientras se cobra la pensión

Jubilación activa, flexible, parcial... son fórmulas que van al alza, y que asisten a cambios normativos que se avanzan a los cambios sociales que llegan.

Trabajar mientras se cobra la pensión. No es nuevo, pero va a más. La jubilación activa, flexible y parcial hace tiempo que funcionan, pero asisten a cambios normativos que buscan adaptarse a la creciente diversidad de perfiles en el colectivo de personas jubiladas.

¿Qué es hoy estar jubilado? ¿Tiene sentido asociarlo todavía a una desconexión total de lo que se ha llamado ‘economía productiva’? ¿Quién opta hoy por fórmulas como la jubilación activa y por qué crece el interés por ello?

Laura Rosillo, vicepresidenta de Asencat (Associació de Sèniors de Catalunya) y colaboradora de la Fundació Factor Humà, analiza el fenómeno: «Esto traduce una tendencia en toda Europa, que es el cambio importantísimo en la percepción de la edad. En estos momentos, una persona de 65 años está en su mejor momento profesional, y esto se está traduciendo en medidas que, poco a poco, cambian las leyes y la percepción».

«La jubilación activa -prosigue Laura Rosillo- ya existía, con muchísimas limitaciones. Pero ahora, el gran cambio es que se considera deseable que esta persona siga trabajando, porque echarla de la empresa puede significar una pérdida de talento. A los 65 años, jubilado, tienes como mínimo 20 años por delante de vida. Y la edad cronológica no tiene nada que ver con la edad biológica. A diferencia de lo que podía suceder hace años, tener hoy 65 años no te hace ser un viejo».

A esto se le suman los importantes cambios experimentados por la pirámide de población en toda Europa, donde por ejemplo, en España «los mayores de 50 años somos hoy el doble que los menores de 18 años; somos la nueva mayoría», destaca Laura Rosillo. «Las empresas -prosigue la vicepresidenta de Asencat- ven que el relevo generacional será prácticamente imposible y que, por lo tanto, las carreras profesionales se tendrán que alargar».

«Ya hay figuras -explica Laura Rosillo-, como la del interim management, en la que este talento senior está trabajando de forma temporal en la empresa para resolver un problema».

¿Cuestión de dinero?

¿Por qué alguien que cobra una pensión decide compaginarlo con un trabajo remunerado? Las motivaciones pueden ser tantas como personas que tomen esa decisión, pero existen unas condiciones que empujan hacia una u otra dirección. El componente económico es uno. ¿Nos veremos forzados a esta ‘solución’ para tratar de compensar nuestra pérdida de poder adquisitivo una vez convertidos en pensionistas?

«Todo lo que tiene que ver con las pensiones cambia cada seis meses -reflexiona Laura Rosillo-, pero la mayor parte de los jubilados no cobra la pensión máxima, y mucha de la gente que está entrando en la jubilación no ha ahorrado. Por eso muchas de esas personas están tratando de alargar la fecha de jubilación, porque para muchas de ellas, cuando se jubilan, la pérdida de capacidad adquisitiva es muy alta».

Pero luego «hay otros factores -prosigue-, que tienen que ver con el hecho de que está demostrado que si estás activo más tiempo, alargas tu esperanza de vida. El envejecimiento depende de la genética, de la alimentación, del sistema sanitario... y cuanto más tiempo posible estés activo, es decir con actividad y propósito, más se retrasará ese envejecimiento».

La Gran Recesión lo cambió todo

Laura Rosillo sitúa un momento en nuestra historia reciente como punto de inflexión: la Gran Recesión desatada después de la crisis financiera originada en 2008 se llevó por delante todo lo que habíamos asumido tradicionalmente como jubilación. «En 2008 -destaca esta colaboradora de la Fundació Factor Humà- hubo una racha de prejubilaciones, con gente de poco más de 50 años que disparó el turismo senior, y empezó a cambiar la percepción de la edad».

Eso fue madurando hasta que «el anterior ministro [de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá] rompió la dinámica de la obligación de no trabajar, de retirarte cuando te jubilabas. Eso ha cambiado, y hemos de ver todavía muchos cambios en el tema de la jubilación, porque hay una auténtica revolución demográfica: en estos momentos, por primera vez, estamos a punto de perder población en el mundo».

«Se necesitan expertos: vamos a ver cada vez más tirar de talento sénior» (Merche Fernández, LHH/Grupo Adecco)

Merche Fernández, directora de Transformación de LHH-Grupo Adecco, coincide en el cambio que ha supuesto contar con «personas que se prejubilan con poco más de 50 años, con mucha energía, que dependiendo del perfil profesional han sido directivos, y que pueden combinar su jubilación con colaboraciones como freelance, docentes, expertos... Es una tendencia cada vez mayor».

«En estos perfiles -prosigue Merche Fernández- se mezclan dos aspectos: una reflexión por la parte económica, y otra reflexión acerca de cómo continuar activo en el mercado laboral. Las empresas necesitan expertos, y estos perfiles cada vez han de estar más demandados en posiciones que requieren de conocimientos específicos, que aportan valor añadido. En cambio, es difícil ver a gente de esta edad en posiciones de producción de línea o de almacén, por ejemplo».

«Vamos a ver cada vez más -añade Merche Fernández- tirar de talento senior para aquellas posiciones que requieren más conocimiento específico. El edadismo cada vez va a ser menos, porque cada vez tenemos más necesidad de personas con este conocimiento».

Por otro lado, esta experta en talento augura un aumento de personas que «buscarán estas colaboraciones para compensar esa pérdida de capacidad adquisitiva» que comporta pasar a ser pensionista. «No lo descartan, porque a nivel económico puede ser una parte importante de sus ingresos, pero muchas veces algunas personas lo dejan de hacer -señala Merche Fernández- porque les perjudica en la pensión. Es un tema complejo que necesita que te asesoren muy bien».

¿Llegaremos a un escenario en el que, algún día, la jubilación activa no sea una opción personal, sino una necesidad para subsistir? «Yo tengo una visión muy sesgada -reflexiona Merche Fernández, de LHH-, porque nuestros principales clientes son grandes empresas que se preocupan de que esas personas no tengan dificultades económicas, pero no pienso, de momento, que eso suceda en un futuro».

«No es mayoritario -prosigue-, pero estoy convencida de que cada vez encontraremos más gente, con empresas que lo que compran es el conocimiento, igual que cada vez veremos más interim management. Y todo esto se gestiona a través de networking, con personas que trabajan su marca personal, hacen docencia, participan en foros».

«Pero si te desconectas -alerta Merche Fernández-, después es más difícil volver a conectarte, porque pierdes el hilo y pierdes credibilidad. Quien está en activo continuamente, tendrá trabajo, será valorado».

Laura Rosillo, de Asencat, lo resume: «Creo que es recomendable. En mi caso, yo ingreso una cantidad anual, que no es alta, porque podría ser el doble, pero eso me da la vida, porque un trabajo voluntario [estando jubilado] no es lo mismo que cuando presentas una factura, eso te obliga a otra actitud».

«Para la salud mental -concluye Laura Rosillo- es importantísimo tener ingresos. Esa sensación de que ‘cobro sin trabajar’ la tenemos todos los jubilados. Con la excepción, quizás, de quienes han hecho mucho trabajo físico, que reciben la jubilación como un regalo. Pero para el resto, es como un divorcio. Así que, aunque sea poquito lo que ingreses, es importante».

Fuente.

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