Breve diagnostico fp from EnriqueBorrell
La Formación Profesional tiene dos
dimensiones: la cualificación de la
población que repercute en la competitividad de las empresas y la integración social de colectivo
vulnerable que necesitan de su segunda oportunidad.
Si las
personas elegimos una formación y no otra es porque la educación no tiene sólo un
valor instrumental sino también un
valor simbólico: bueno-malo, oficial-no oficial, etc. Y ese valor simbólico se
lo damos porque la educación no es un simple objeto, sino que al apropiarnos de
él lo hacemos nuestro: la educación es un símbolo de estatus, define nuestra
Personalidad, nuestra Identidad Social y más en una cultura como la nuestra
para la cual la apropiación (propiedad) sería el valor primero que permite la
autorrealización mediante el consumo.
En una
economía transformada en un sistema de
producción flexible y basado en el conocimiento, la implicación de las personas en la educación y formación a lo largo
de la vida se convierte en más importante y compleja que en el pasado (función
inversora).
La
adquisición de conocimiento es cada vez más importante en el trabajo y al mismo
tiempo para el recorrido del desarrollo y la formación de la carrera
profesional.
El
sistema productivo requiere hoy de profesionales con capacidades más complejas
y mayor adaptabilidad a puestos diferentes, y capacidades con componentes de
saber crecientes.
Se
habla de la adquisición de saberes (saber ser, estar y hacer) y surge uno nuevo
el saber a desaprender, cuestión que afecta mucho más en las profesiones
emergentes. De este modo, aparece el nuevo aprendizaje * Aprender a desaprender*. La vida laboral para que pueda
desarrollarse sin incertidumbres, precisa ser realimentada constantemente con
nuevos conocimientos. La
capacidad de aprender y desarrollar nuevas habilidades de forma permanente por
parte de la población trabajadora adquiere cada vez mayor relevancia.
En
este sentido, el aprendizaje se
convierte en un elemento de vital
importancia en la sociedad del conocimiento. Si hoy la
formación adquiere un nuevo significado es a causa de los rápidos procesos de cambio que afectan de manera generalizada a las
sociedades desarrolladas. La adaptación de la población a estos cambios se
convierte en una nueva necesidad social de primer orden. Casi a diario surgen
nuevas tendencias y nuevos paradigmas. Muchos *nuevos conocimientos* comienzan
a ser básicos y excluyentes para desarrollarse en muchas profesiones.
El uso
de la formación como política activa ante el desempleo se considera más
acertado ante personas con estancia
prolongadas en el paro, con programas púbicos de formación y empleo
similares a las anteriores escuelas taller o talleres de empleo que mediante la
metodología del saber hacer o aprender haciéndolo, trata en todo momento que la
formación que se imparta se adapte en todo momento a las demandas o necesidades
del mercado de trabajo.
En la
comunidad del aprendizaje, hay un consenso
entre los actores sociales sobre el papel de la formación como uno de los
elementos clave que puede facilitar la adaptación de las personas en la
transformación de su entorno.