Una sociedad
del futuro con sindicatos
CÁNDIDO MÉNDEZ
CÁNDIDO MÉNDEZ
Cándido
Méndez es secretario general de la Unión General de Trabajadores
(UGT). 1. Trabajo y empleo. Transformaciones del trabajo y futuro
del derecho del trabajo. Informe para la Comisión Europea. Tirant lo
Blanch. Valencia, 1999.
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El sindicalismo en la 'nueva
economía'
Las aceleradas transformaciones sufridas por la economía mundial en los últimos
años han obligado a los agentes sociales a afrontar nuevos desafíos y a
replantearse su papel en la sociedad. Esos cambios sociales afectan
directamente al mundo laboral, y en particular a las nuevas generaciones, que
buscan incorporarse al mercado de trabajo, por lo que resulta oportuna una
reflexión sobre el sindicalismo del futuro en el marco de esta nueva
economía. A dos días de 1º de Mayo, fecha emblemática de los trabajadores,
se publican en esta página dos enfoques de la cuestión:
Qué papel juegan los
sindicatos en la compleja sociedad de nuestro tiempo?, ¿son compatibles con la
sociedad de Internet y de la biología molecular?, ¿tienen realmente un papel
que cumplir en el nuevo milenio?
Estas preguntas se formulan
con alguna frecuencia y conllevan, en ocasiones, una carga ideológica
fácilmente identificable con algunas obsesiones del neoliberalismo, como el union
free environment (ambiente libre de sindicatos) de Margaret Thatcher. En el
modelo de sociedad capitalista que desde esa concepción se dibuja, prima, ante
todo, la iniciativa individual. El Estado, ese gran enemigo, no debe intervenir
en la economía ni en las relaciones sociales. Hombres y mujeres emprendedores,
libres de las ataduras de las leyes y de instituciones obsoletas, lograrán la
igualdad y el progreso si se deja a las empresas que hagan su papel, se bajan
los aranceles y se desregula la actividad económica para favorecer el comercio
internacional y se libera (más todavía) la libre circulación de capitales. En
esa concepción es claro que los sindicatos, esos eternos creadores de
distorsión a las 'leyes del mercado', no tienen sitio.
Pero esa concepción sólo la
comparten círculos minoritarios (aunque con gran poder mediático y de
influencia económica) porque resulta desmentida a diario por los hechos. En
estos momentos, los mercados de valores están sufriendo fuertes convulsiones y
miles de inversores están comprobando la dura realidad de que algunas acciones
pueden valer el 10% de lo que pagaron por ellas. Empresas que obtuvieron
enormes beneficios en los últimos años producen despidos masivos de
trabajadores sin que se les exijan responsabilidades ante la sociedad. Las
múltiples formas de empleo que sustituyen al tradicional contrato de trabajo
estable -trabajos temporales, a tiempo parcial, autónomos (en ciertos casos
habría que decir 'falsos autónomos'), becarios, subcontratas, empresas de
trabajo temporal, etcétera- han logrado la ansiada flexibilidad laboral,
creando una profunda inestabilidad en el sistema económico. Las quiebras de las
punto.com suponen que un trabajador puede pasar de la euforia al paro en
cuestión de días.
La nueva economía
tiene también, como diría James Ellroy, rincones oscuros. Además de estar
asociada al avance tecnológico y al aumento de la productividad, implica
también más inestabilidad y aumento de las diferencias sociales. Para millones
de personas en amplias zonas del planeta, el problema no es tener una conexión
a Internet, sino contar con medicamentos, luz eléctrica y agua potable.
Los trabajadores y
trabajadoras del nuevo milenio necesitan contar con organizaciones fuertes y
coordinadas para defender sus derechos tanto como nuestros antepasados lo
comprobaron con el nacimiento de la revolución industrial.
Es decir, necesitan
sindicatos para que la nueva economía sea sinónimo de progreso social y
no de arbitrariedad del mercado; para que la igualdad de la mujer en los
centros de trabajo forme parte de la normalidad; para que la preservación de la
salud tenga prioridad sobre la obtención de beneficios; para que el Estado de
bienestar, una de las grandes creaciones de la humanidad, se consolide y se
desarrolle en lugar de sufrir un recorte tras otro; para que la estabilidad en
el empleo y los derechos prevalezcan frente a la excesiva flexibilidad laboral.
Sólo los sindicatos pueden
lograr que exista un sistema ordenado de relaciones laborales, basado en la
negociación colectiva y en la participación de los trabajadores, frente al modelo
Mark & Spencer de capitalismo salvaje.
Tal como se concibe en la
Organización Mundial de Comercio (OMC), la globalización sólo puede conducir a
más destrucción del medio ambiente y a más violaciones de los derechos
sociales. Se comprende el creciente rechazo que genera y la demanda decidida de
los sindicatos, aliados con organizaciones sociales y movimientos políticos
progresistas, de reorientarla hacia el empleo y el aumento del bienestar
general.
En fin, son insustituibles
las organizaciones de trabajadores para que el tránsito del fordismo hacia la nueva
economía no implique el fin del Derecho del Trabajo. Sin sindicatos fuertes
integrados en confederaciones internacionales poderosas (como la Confederación
Europea de Sindicatos y la Confederación Internacional de Organizaciones
Sindicales Libres), los derechos sociales -que hoy las constituciones y las
leyes de las mayorías de los países desarrollados reconocen- pueden convertirse
en fuegos de artificio.
Frente al deseo neoliberal,
me quedo con la opinión de cualificados expertos europeos sobre el futuro del
trabajo: 'El papel actual de las organizaciones patronales y de los sindicatos
no difiere esencialmente del que han desempeñado históricamente. Las
asociaciones patronales y los sindicatos contribuyen, hoy como ayer, al
mantenimiento de los grandes equilibrios sociales y a la obtención del consenso
y de la cohesión social...' (1).
Actividad en el aula: Leer el artículo y redactar una reflexión sobre el papel de los sindicatos tratados desde un DAFO (Debilidades del sindicato, Amenazas en el entorno, Fortalezas del sindicato y Oportunidades en el entorno). Para ello, puedes visualizar las páginas de las organizaciones sindicales como www.ccoo.es y www.ugt.es